Unos trescientos miembros del espacio Carta Abierta, compuesto por intelectuales, artistas y académicos, discutieron ayer en
Gran parte de las intervenciones se refirieron a cuál es el rol del espacio en la actual coyuntura. “Carta Abierta no tiene nada que enseñar al pueblo. Se debe hablar con el lenguaje propio, sin travestirse. Ya nos proletarizamos y nos fue mal. Este es un espacio que trabaja con la palabra y, como no estamos dentro de una campana de cristal, ponemos el cuerpo”, explicó un orador. La referencia alude a las manifestaciones de las que participan los miembros del espacio. La próxima, el lunes a las 15, partirá desde Diagonal Norte y 9 de Julio hacia
El cantante y compositor Juan “Tata” Cedrón destacó la calidad literaria de los textos difundidos y en elaboración, pero planteó el problema que implica llegar al gran público. “El encanto literario de la carta es un hito político. Pero en un país con tanta autodestrucción, con tantos espacios devorados, pienso cómo ganar la opinión pública. Me sorprendió (el autor volvió del exilio el año pasado) saber que un grupo,
El filósofo Ricardo Forster, uno de los tres miembros de la comisión de redacción junto a Horacio González y Jaime Sorin, también se refirió al valor de la palabra. “Kant mencionó como acontecimientos parteaguas de la humanidad a
No faltaron críticas al borrador. “Las tres primeras cartas estaban escritas desde el interior de los acontecimientos. La cuarta, desde un escritorio”, fue una de las más duras. Las reacciones no se hicieron esperar. “Lo que cambió entra la primera y la última carta es el proceso político. El diálogo con las centrales sindicales es lo central del momento. Discutir con
Uno de los ejes centrales del nuevo documento es la valorización de la política de derechos humanos como “nudo troncal de la época” y la crítica al agravio gratuito de quienes hablan de su “uso” para desconectar el ciclo post 2003 de sus bases expresivas y sus raíces de legitimación profundas. “Hay algo de miserable en quienes critican la política de derechos humanos que es difícil de perdonar”, advirtió un orador.
“La legitimidad es el tema en juego de la política argentina. La carta lo dice pero vacila. Si CGT y CTA cuestionan la movilidad jubilatoria es porque algo hay. Atrás hay decisiones políticas. Falta definir quiénes son los amigos”, fue otro de los cuestionamientos. Tampoco faltaron críticas a funcionarios: “El tema ferrocarriles implica resolver la situación de doce millones de personas que viajan todos los días desde el GBA. Elijamos el modo pero digámoslo: Jaime es un corrupto”.
“Un problema a incorporar es el de la renta urbana”, planteó un arquitecto de la comisión de hábitat. “Vivimos en un mundo construido, aunque los cientistas sociales lo ignoren. Techint tiene
Los ejes centrales de
El borrador de la cuarta Carta Abierta se titula “El laberinto argentino” e intenta desmenuzar la coyuntura en sus diversos contextos. Su elaboración corrió por cuenta de la comisión de redacción del espacio, que integra el director de
El texto destaca que el estado de excepcionalidad se mantiene, plantea que la justicia social sigue siendo un horizonte lejano y admite que el Gobierno alterna audacia y conservadurismo. “Falta elaboración, explicitación y proyección en medidas centrales”, sostienen los intelectuales y citan como ejemplos la estatización de Aerolíneas Argentinas, el pago al Club de París y el debate sobre la movilidad jubilatoria. También incluye críticas al ministro de Justicia, Aníbal Fernández, por imputar delitos a partidos y organizaciones sociales en lugar de reconocer el pésimo estado del transporte público.
“La neoderecha popular-mediática alterna goce de sus reflejos desestabilizadores con reclamo hipócrita de hacer cesar el conflicto”, destacan los autores. Para graficar la complejidad de la época plantean la imagen de miles de personas frente al estanciero Eduardo Miguens cantando “Si este no es el pueblo, el pueblo dónde está”. Concluyen en la existencia de un alarmante déficit de interpretación de la sociedad.
El texto destaca que la autodenominada izquierda insiste en confundir movilización masiva con política popular, en tanto la izquierda real vería en el Gobierno la encarnación de la voz del pueblo, aunque desafinada. Los intelectuales consideran que existe una diferencia conceptual de la era K con respecto a los procesos económicos habituales de coacción y dominación y destacan la necesidad de una genuina base de sustentación popular.
Publicado en Página 12, el domingo 14 de septiembre de 2008.
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